La leyenda de Caileach
Cailleach habita en Ben Cruachan, una de las más bellas y altas montañas de Escocia. Antes del invierno, acude a la Isla de Jura para lavar su chal produciendo grandes remolines. Una vez su manto está seco el invierno ha llegado, y se dice que es ella quien controla el clima.
Cailleach Bheur es una anciana muy alta y de piel azulada. Algunos cuentan que tiene un solo ojo (señal de su clarividencia), pero también dientes oxidados y su cuerpo es retorcido como un árbol seco. Siempre lleva consigo un manto en el que porta su mágico mazo, un arco de saúco con flechas doradas y una varita mágica de acebo con la que toca la tierra tres veces los primeros días de Noviembre.
Su reinado comienza en Samain en la noche más mágica del año y reinará sobre la tierra hasta Beltane. Sin embargo a partir de Imbolc va perdiendo su fuerza tal como se cuenta.
Cailleach decidió tener cautiva a una bella y joven princesa durante todo el invierno. Celosa de su belleza hizo que se vistiera con los peores harapos y que trabajara en la cocina en un castillo perdido en las montañas.
Sus celos provenían de que si su hijo vislumbraba la belleza de la joven se enamoraría y perdería su reinado. Su hijo vivía en la Isla siempre verde, conocida como la Tierra de la juventud, era conocido como, Angus el joven, porque nunca envejecía. Si se casaba con Bride, la joven cautiva, el tomaría su lugar como el rey del verano y su amada sería su reina.
Sin embargo el destino siempre sorprende, y la rueda del destino da muchas y maravillosas vueltas.
Estando en la isla mágica, Angus contemplo el pozo de la juventud, disfrutaba contemplar el invierno desde un lugar cálido. Pero en un momento apareció una imagen, era Bride llorando en su prisión. Nada más verla se enamoró de ella y decidió salvarla. Firme en su decisión acudió a ver al rey de la Isla siempre verde para solicitar su ayuda.
Sin embargo el rey intentó retenerlo.
-No ves que no es un buen momento- le dijo- los días son fríos allá fuera, el clima incontrolable, no creo que sea la mejor fecha para salir en su búsqueda.
Ni siquiera el rey pudo retener a Angus. Fue entonces cuando Angus realizó un conjuro, en el que pedía prestado tres días del verano y con el tiempo a su favor atravesaría toda Escocia y rescataría a la bella Bride.
Aprovechando la calidez solar, inició la búsqueda. Comenzó en los valles, siguió con las montañas, con los ríos, las cavernas, los castillos… pero, no conseguía dar con ella. Al atardecer del tercer día, ya casi desesperado se internó en un bosque donde escuchó una bella y maravillosa voz, que lloraba amargamente. Por primera vez estuvo frente a frente de su amada, de la que se había enamorado en una visión.
-He venido a rescatarte de tu cautiverio- le dijo suavemente.
-Hoy es el día más alegre de mi vida,- le respondió ella.
Angus contestó: Este día es alegre para ti, pero también lo será para toda Escocia.
A partir de este momento, este día se conoce como el “día de Bride”. La tierra comenzó a brotar y las primeras flores se desplegaron sobre las todavía tiernas briznas de hierba.
Cailleach se enfadó como nunca antes lo había hecho. Como los tres días del conjuro habían acabado, durante los días siguientes mandó las peores tempestades, inundaciones y matanzas.
Una mañana, a principios del mes de Marzo, Cailleach contemplo a su hijo Angus, montando su caballo blanco junto con su amada. El tiempo fue pasando y poco a poco sintió una marea de vida incontrolable que se esparcía a través de la tierra y Cailleach sintió su derrota. Bajo hacia tierra su martillo mágico, convirtiéndose en piedra, una piedra gris llena de agua, (donde reside el germen de la vida), y aquí espera en silencio hasta que se empiece a sentir las primeras ráfagas de otoño para bajar de sus montañas, reinando de nuevo en el frío y mágico invierno.
Versión/resumen de la leyenda de Caileach por Susana Ortega